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Agustín Genoud

 

Principio y fin, lo mismo. Dejo todo por algo y agarro algo para dejar todo lo demás. El aeropuerto es encantador, espero y me quedo quieto mientras todas las cosas se invaden mutuamente. Si uno se descuida un momento casi que se puede dar cuenta de que todo está atravesado, inundado, sofocado y rebalsado de sí mismo.

No hay que controlar y tampoco hay que dejar que las cosas sucedan porque sí, me digo yo y todos mis otros me lo recuerdan.

Uf, epa, vamo en esa. Igual las palabras (si no están pronunciados por el mago adecuado para la situación) se las lleva el viento. Y eso, exactamente, es.

Primer ejercicio para hacer que la enunciación transforme la realidad.

Se pronuncia.

En el momento del acto de pronunciación se debe tener en presencia -nota 1- todas las letras que conforman la palabra y su relación posible con todas las otras letras de esa misma palabra y de todas las otras palabras de la oración, al mismo tiempo debe de llevarse a cabo la misma operación de presencia comparativa con todas las palabras de la oración, su relación con todas las palabras posibles que conforman la oración y con todas las palabras que uno alguna vez escuchó en su vida.

Esta primera capa de la enunciación es de la esfera de la información y lo que el mito (ya que las traducciones son imposibles) de la forma-contenido denominaría contenido -nota2-.

La segunda capa de la operación acontece en la materialidad de la enunciación, se debe poner (en el momento de la enunciación) en presencia todos los sonidos que esa frase contiene, desde sus características morfológicas y de tono, hasta las micromodulaciones que se producen en los bordes del traspaso de un tipo de sonido a otro. Cada movimiento sonoro debe de ser presenciado como un alud.

La tercera capa de la enunciación acontece en quien enuncia, el cuerpo enunciante debe de estar preparado. Esta es una de las tareas más difíciles y complejas de la operación enunciativa como acto transformador de la realidad y no puede ser explicado a través de palabras. Una vez preparado, quien enuncia debe de tener conciencia corporal de todas las partes del cuerpo y de todos los movimientos (de aire, gas, sangre, fluidos, músculos y huesos) en el momento en el cual acontecen, de esta manera se puede pasar al otro nivel de control corporal que incluye al cuerpo enunciante como fuerza (en el sentido de movimiento) dentro de un sistema más grande y no como una escisión de lo que lo rodea (una persona separada de una pared, por ejemplo). Esta fuerza (el cuerpo enunciante) al tener un contacto inmediato y claro de su potencia se ejerce a sí mismo como modulador e impera sobre el sistema propulsando la transformación.

Se continúa luego con…

2 Fuerza y materia.

3 Caos y desición.

4

5

6

7

Notas

/ Nota 1 /
Presencia corporal, no mental, la mente -además de ser una escición del cuerpo- es una construcción frágil y poco precisa para este tipo de tareas, necesitamos un mecanismo más extremo y confiable, un cuerpo.

/ nota 2 /
Ni vale la pena detenerse en esto, pero como mínimo se podría mencionar la falta de complejidad del mencionado mito de forma y contenido. Uno de los propósitos del experimento es llegar a una situación que pueda dar otro margen de acción.

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