Cambio de temporada :: The (almost new) Matta Clark Collection in Chile

Una cuestión notable quedó planteada durante la charla de este miércoles sobre la exposición de Gordon Matta Clark (que se realiza en el Museo de Bellas Artes de Santiago de Chile) en el Instituto Chileno Norteamericano. Además de plantearse las consideraciones sobre la dudosa cuestión de la «repatriación simbólica» del artista[1] se habló sobre la obra realizada en 1971 en el mismo museo que ahora alberga esta retrospectiva. Gesto que fue consolidado por la donación de los registros al patrimonio del museo.

Justo Pastor Mellado señala que esa obra, en el momento de su realización, no contó con las «condiciones epistémicas» (de su contexto) para ser leída. Es decir, el valor de la obra no pudo ser constatado por sus contemporáneos y fue, por ello, obviada por los escritores de historia del arte chileno de la época e incluso por los mismos registros del museo. No afectó significativamente a la institución que la albergó, al sistema de arte ni al publico en general.

Mas aún no pasó a formar parte siquiera de la historia oral del arte, la que (a costa de remembranzas vagas e interpretaciones disímiles) va constituyendo el imaginario artístico disponible. Una obra, digamos, que no tuvo influencia efectiva sobre la producción chilena posterior de cuyo patrimonio comienza a formar parte ahora. ¿Por qué? porque no hubo capacidades mínimas de lecto-escritura.

Esto plantea cuestiones respecto a esta exposición que exceden el detalle de las múltiples operaciones de borrado y ceguera autoinducida del sistema de arte chileno. Hay una cuestión sostenida en ellas, la consolidación de un sistema, que nos plantean hoy una compleja cuestión de la comunicabilidad de las obras (de su visibilidad efectiva). Ya lo sabemos, no es lo mismo comprar un libro que leerlo.

Una exposición es un acto de enunciación que desea un interlocutor válido. Entonces cabe preguntarse por la calidad y cualificación de los receptores[2]. Insisto, las capacidades requeridas del espectador de exposiciones pasan primero por una capacidad mínima de lectura.

Supongamos que la exposición de Matta Clark supera la desactivación política que ha sufrido, por ejemplo, la exposición de Frida Kahlo y Diego Rivera (CCPLM, noviembre 2008). Supongamos que, como señala Gabriela Rangel, se supera esa romanticización de la figura del artista y la totemización de las obras. ¿Qué es lo que nos espera como influencia efectiva de esta exposición?.

Matta Clark y sus obras, basadas en una crítica del sistema político económico de su época (excediéndolo por cierto), se enfrentará al tipo de lectura que acostumbra recibir a las exposiciones»de autores renombrados»: se enfrentará al sistema de la moda [3].

¿Qué es esto? En simple y plano castellano, reemplazará la temporada primavera-verano a la de otoño-invierno. Todo lo que hasta ahora fue Alfredo Jaar (debido a la retrospectiva en Fundación Telefónica Chile, octubre 2006) será Gordon Matta Clark.

Es decir, las lecturas y relecturas de obras en Chile serán, a partir de hoy, afectadas y organizadas por este nuevo rector de la moda. Desde él se ejecutará un parámetro formal de evaluación y veremos repetido el gesto mattaclarkiano, se reproducirá el corte (que es su síntoma) como antes la sorpresa-indignación-moral jaariana [4] .

(Esto lo he definido mediante la metáfora del significante magnético, es decir aquel que organiza los elementos que quedan a su alrededor mediante una vinculación no argumentativa si no por cuestiones de proximidad formal).

En ello se pierde uno de los puntos mas importantes de las obras en cuestión: su calidad de respuesta ética propositiva frente a las condiciones contingentes. Esta oposición es recurrente: la lectura formal de los enunciados curatoriales y de las obras que desmiente sus cuestiones problemáticas. Desadjetiva la novela, estereotipa personas y personajes, modula flujos y establece estrechos rangos de conductas.

Pero no estamos acá para tildar de poser ni hablar de café-café. No estamos acá para demonizar si no para describir un fenómeno que ocasiona un nudo argumental. Los parámetros que organizan la enunciación son diferentes de los criterios y los juicios que se usan en la lectura, sus eficiencias son diferentes. Eso basta. La pregunta se traslada entonces a los modos de relación entre ambos sistemas.

La pretensión posible ante esta constatación es una co-dependencia coordinada, como hemos dicho antes: la ocasión amerita un baile.

Jorge Sepúlveda T.
Curador Independiente
Villa Alegre, noviembre de 2009.

GORDON MATTA-CLARK: DESHACER EL ESPACIO
Sala Matta Museo Nacional de Bellas Artes
Parque Forestal S/N. Santiago de Chile
11 de noviembre 2009 – 24 de enero 2010.
Curatoría_ Tatiana Cuevas, curadora de arte contemporáneo del MALI y Gabriela Rangel, Directora de artes visuales de la Americas Society de Nueva York
[
ver información relacionada sobre la exposición]
Archivo Gordon Matta Clark en el Canadian Centre for Architecture


NOTAS:
[1] De quien por cierto no somos coterráneos ni, como decía Roberto Matta, no compartimos el «accidente» de que su madre estuviera en estas tierras al momento de su nacimiento. (esa coincidencia ginecológica).

[2] es un error común y de la misma importancia que los curadores subestimen o sobrestimen la capacidad de su público para acceder efectivamente a los contenidos de las exposiciones, planteé desde el público en una charla de Telefónica Buenos Aires hace unos meses atrás. Esta cuestión refiere a la facilitación de medios de acceso a lo enunciado, la dependencia y los rangos que establece la capacidad de lectura del entorno respecto al trabajo curatorial.

[3] en una versión ampliamente refinada por los años de los planteamientos de Roland Barthes complementados por La Sociedad del Espectáculo de Guy Debord. De alguna manera un diagnóstico se convirtió en decálogo.

[4] Hay algo mas, me acota Daniel Reyes,»por que estamos en el hemisferio sur, las modas nos llegan desfasadas» jajaja.

8 Responses

  1. Leyendo el punto de las referencias, coincido totalmente con el 4: las modas nos llegan desfasadas. Pero por que en el hemisferio sur hispanoparlante, no se produce moda, se regurgitan tendencias.

  2. De acuerdo con Reyes! La moda esta desfasada aqui en el sur…pero no serà porque los otoños allà, son primaveras acà ? o viceversa? Y aparte, las liquidaciones allà, son verdaderas liquidaciones…se sacan todo de encima, no como acà!… Porquè siempre esa insistencia en la relaciòn con las tomas de posiciones polìticas, cuando el sistema ha decidido borrar toda posibilidad de lectura ideològica, subsumiendo tales categorias en lo que llamamos MODA?…Y tambièn las «modas» van determinando, (minando…las expresiones que no se condicen con aquello de : joven, homosexual,gay, lèsbico, etc…)
    Pareciera! que sòlo pueden ser apropiados, » descubiertos» los dichos artistas, a travès del sistema de consagraciòn por tales categorìas…
    Vèase sistema de ingreso a becas, fondos, concursos, salones. ( en gral. los alumnos de escuelas de arte no son admitidos)
    Se debe ser JOVEN…hasta 35 años… ( es que es màs fàcil meterlos en el brete…?)
    Los por fuera del sistema…no estaràn dentro de la Moda…por obsolecencia…
    Como con los Talles de Ropas… màs de 40 kgs…habrà que tener modista personal. O sastre?

  3. Me pregunto, ¿cuando nos vamos a referir a la realidad colonial de nuestro país y su incidencia en nuestro comportamiento y lectura de lo que llegue?

    He vivido 21 años fuera de Chile, en Europa y es tan obvio que nuestro país no es occidental, más bien «accidental» como sugiere R.Matta, sino una cultura sincrética y dependiente. No es una cultura sincrética que se asume, como Brasil, sino una que pretende, en la medida de sus capacidades y apetitos locales, ser un modelo de colonia. Los mejores alumnos de nuestros mentores, que … se hallan … en un espacio quimérico que no existe. Como para los nativos: los españoles significaban algo que por cierto no eran.

    Cuando a R. Matta le dieron el premio nacional de arte, dijo textualmente: ¿Y porqué no se lo dieron a un chileno? ¿Cuando van, al menos los artistas y críticos, a empezar a sacar deducciones útiles desemejante estado de dependencia ideológica, que roza la alienación, porque aparentemente no sabemos quienes somos.

  4. Aunque el gesto sea de repatriación simbólica del hijo de un mal padre aristócrata (haciendo el estado de padre como compensación), de cambio de temporada, o de simple validación de las donaciones al Museo de Bellas Artes, la exposición de Matta Clark no deja de ser interesante como corte transversal de la tenue musealidad santiaguina.
    A mi me sorprendió mucho ver una exposición en el Reina Sofia de Matta-Clark con documentos por doquier, así como otra en el IVAM donde habían trozos de los muros que había cortado. Ambas eran propuestas arriesgadas porque se metían en un terreno que la misma obra justamente cuestionaba, la musealidad, el fetiche dispuesto para contarnos historias oficializadas por el museo, pero estaban bien resueltas como aproximaciónes arqueológicas.
    Lo que me sorprendió de eso y me sorprende en la actual muestra del MNBA, es que, realzando la evasiva, ningún curador que ha levantado las exposiciones de Matta Clark en museos- Gloria Moure, Tatiana Cuevas, etc.-, responde a la pregunta de «Â¿Acaso este montaje no va en contra del relato que el propio Matta Clark hizo de su trabajo?». Pero todos sabemos que la historia la cuentan los ganadores, y en este caso los ganadores son los sobrevivientes. Como diría Elías Canetti, los sobrevivientes heroes que pueden contar la historia y acomodar el relato.
    Por lo de las modas, tal como dice Diana, el asunto está en la oposición temporal Primavera v/s Otoño e Invierno v/s Verano, que sucede entre el hemisferio norte y el hemisferio sur, lo cual hace que la moda primavera verano del norte, que aparece en marzo abril por las tiendas, llegue al sur en octubre, con un desfase de seis meses. SIn embargo, no creo que por eso debamos quedarnos con una lectura tan pobre de la obra de Matta Clark, la cual tiene bastantes más capas que no necesariamente la hacen más densa… como montar una red sobre un árbol y subirse con los amigos a tomar el sol.

  5. Solo quería sumarme con una anecdota que me contó fernando llanos acá en toronto acerca de la figura de Matta Clarck… se dice que era muy buen cocinero y que instaló un restaurante en nueva york con puros platos de artistas, que rauschenberg había inventado la palabra sushi en este local y que los artistas q se querian abrir camino trabajaban como meseros de este bizarro lugar. obviamente se fue a la quiebra y nunca mas se supo del local…
    Mas allá de la verdad de esta historia comentar que si me hace sentido con la otra , mas famosa leyenda, de que un dia Matta Clarck cocinó para su padre-patria y otros invitados de altisimo nivel… lo que hizo fue un pescado dentro de una jalea roja y cuando llegó a la mesa con el plato y frente a la mirada atonita de los comensales les dijo que el pescado estaba vivo moviendo la jalea de lado a lado… Roberto Matta al parecer se indignó y siempre lo trató como un payaso. (saque usted sus propias conclusiones)
    Con el paso de los años, la obra y figura de Matta Clarck cada vez me hace más sentido…(sobretodo por las notables exposiciones que he tenido el honor de ver fuera de Chile) un referente ezquisito… la idea de un artista-obrero que fuera de la solemnidad del limpio arquitecto supo resolver todo, en el acto.
    quizás la mejor obra de Roberto Matta fue su hijo, un arriesgado que revitalizó la nocion de arte fuera del mausoleo y que fue mucho más allá que el padre, quien repitió hasta el cansancio una formula que le funcionó bien y que le permitió durante años seguir cocinando el mismo plato.

  6. la obra de Matta Clark responde a un trabajo de exploración que me sorprendió de visita en Madrid. debo reconocer mi absoluta ignorancia , no tenía idea de su existencia ni menos de su obra. El gesto de resistencia cuando me invitan al reina Sofía a ver a Matta Clark fue evidente . Escuche Matta y para ser honesta Matta me aburre ………no sé si estoy cometiendo un acto impudico y lo que digo es un sacrilegio.

    La verdad me interesa Matta Clark y su obsesión por los espacios de la ciudad. espacios vacios, vividos, desmantelados, oscuros, invisibles por donde circulan los restos de la ciudad . No sé porque será pero su investigación me interpela . será por su feroz autenticidad y compromiso

    Bienvenido a Chile MATTA CLARK

  7. Retomo yo tambien las modas resagadas, es lo que Laura Buccelato llamó alguna vez en una muestra de esculturas «equivocos creativos» justamente a la incorporación tardia y desvirtuada de estilos europeos llegados al país, sobre todo en la primera mitad del 1900.
    Pero honestamente, no estoy segura de que la moda sea el nudo gordiano aqui. Dos cosas mencionaré:
    1 la subestimación o sobreestimación de espectadores son riesgos inevitables. La formación de espectadores no puede quedar de lado Le corresponde a los museos la responsabilidad de diseñar politicas al respecto.
    2:el error frecuente de los espacios de exposición es que aceleran los procesos de incorporación de cánones a la esfera social. yo curador, yo dirctor de museo, yo critico de arte… yo dirigente, te digo qué y quién vale la pena mirarse. Se construyen «monumentos» inservibles, ideologías caprichosas que sumados al problema de públicos que vengo de mencionar, son acciones que le agregan una vuelta más a la noria pero muchas veces de enormes inversiones.

  8. Tu tarea es realmente admirable: identificar y denunciar lo que parece un desinteresado reconocimiento a la labor de un artista, cuando en realidad es un mero “recambio textil de temporada”. Sin embargo, no debemos desconocer la responsabilidad “pedagógica” que tienen personajes como tú (digo personajes no en sentido peyorativo) para con los “interlocutores” nacionales, entregándoles las herramientas necesarias para así poder “validarse” y reconocer estos vaivenes de la moda a tiempo.

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